Es auténticamente un privilegio estar en el lugar de los hechos.
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Hace nada menos que 43 años el director italiano Sergio Leone filmaba en el mismo lugar donde esta noche ha sido proyectada una de las películas míticas de su etapa de "spaghetti western". Cuando Lee van Cleef tiene frente a sí a Gian Maria Vollonte ante la inquietante mirada de Clint Eastwood están pisando la misma tierra sobre la que esta noche nos hemos sentado para ver en una pantalla gigante el aire libre "La muerte tenía un precio". La curiosa plazoleta con su pretil de piedra constituía el límite este noche entre la realidad, la ficción, la creación y la recreación.
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El proyector estaba instalado en un camión, la pantalla hinchable estuvo erigida en unos minutos, el entorno tenía aún reminiscencias del desolado paisaje del "far-west", el crepúsculo nos llevaba irremisiblemente hacia la oscuridad de la fría noche y el público abarrotaba la plaza, que diría el Dúo Sacapuntas, en una suerte de extraña comunión internacional donde no solo se escuchaba español. La copia proyectada pertenecía a la colección personal de Quentin Tarantino, que finalmente no pudo asistir, aunque sí se encontraba entre nosotros el director español Nacho Vigalondo, que tiene en su haber un corto nominado a los Oscars como "7:35 de la mañana" y una película terminada a punto de estrenarse, "Los cronocrímenes", cuyo remake USA está en proyecto y el propio Vigalondo comenta que estaría dirigido por David Cronenberg y protagonizado por Bruce Willis.
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La organización del Rolling Roadshow del Alamo Drafthouse ha creado una cuenta pública de Flickr donde los asistentes pueden subir las fotos del evento.
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