La roca donde sentarse, con las cuevas detrás y el valle abajo, extendiéndose hasta perderse de vista en las lejanas montañas, el sonido del viento contra la roca, se escucha el piar de algunos pájaros que buscan refugio en las oquedades, la tarde avanza. Un momento excelente para tomar asiento, quedarse a solas con uno mismo y dejar vagar la mente.
30 marzo 2008
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